Los romeros ataviados con los trajes típicos de la isla bajan desde el Santuario de las Nieves por los caminos reales de las Nieves, La Dehesa, El Planto y la Encarnación llegando a la Plaza de España y llevando las piezas de plata que componen el trono de la Virgen, para entregarlas en la iglesia de El Salvador, donde permanecerá la virgen durante su estancia en la ciudad.